02 de mayo 2018
Innovación
La inteligencia artificial pronto va a cambiar la forma en que vivimos. Pero, ¿están las compañías preparadas para capturar el valor de la inminente ola de innovación? Es lo que se pregunta este estudio de McKinsey&Company.
Gracias a los avances tecnológicos de los últimos años, las compañías están explorando nuevas aplicaciones para la inteligencia artificial. Con mejores algoritmos y el aumento del almacenamiento de datos, el margen de error para los cálculos computacionales ahora es casi siempre similar o mejor que el humano. El rendimiento de los hardwares también ha mejorado drásticamente, permitiendo a las máquinas procesar una cantidad de datos sin precedentes. Este ha sido un importante impulsor de la mejora en exactitud de los modelos de inteligencia artificial.
Dentro de la inteligencia artificial, el deep learning representa el área de mayor potencial no explotado. Esta tecnología se basa en complejas redes neuronales que procesan información utilizando varias arquitecturas. Estas están compuestas de capas y nodos que se aproximan a las funciones neuronales del cerebro. Cada conjunto de nodos en la red realiza un patrón diferente de análisis, permitiendo que el deep learning entregue ideas mucho más sofisticadas que herramientas anteriores de inteligencia artificial.
Concientes del inmenso potencial de la inteligencia artificial, ¿cómo pueden las compañías capturar valor y ver retornos de sus enormes inversiones en esta área?
La inteligencia artificial está posicionada para disrumpir nuestro mundo. En McKinsey estiman que sus rápidos avances van a impactar significativamente la forma en que trabajamos y en nuestra productividad. Para capturar valor en este mercado creciente, las compañías están experimentando con diferentes estrategias, tecnologías y oportunidades, las cuales requieren de altas inversiones. Si bien la incertidumbre existe, las compañías que presten atención a los siguientes seis puntos estarán mejor posicionadas para triunfar: