“Nací en un campamento. Cuando pololeaba con mi polola nos embarazamos y nos fuimos a vivir de allegado a la casa de mis papás en un campamento. Si ya es difícil vivir en campamento, imagínense de allegados… No teníamos casa así que empezamos a postular a un subsidio”. Esta es la historia de Mario Orellana, Director Escuela de Líderes Sociales, donde contó cómo la colaboración mejora la vida de muchos chilenos.

Su ponencia la dio en el VI Congreso Empresa y Sociedad de ICARE.

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Parte la colaboración

“Alejandro Aravena diseñó las casas. Pero no sabía cómo decirle que la casa era fea. Así que le dije ‘Alejandro, ¿tú vivirías ahí? Luego de 8 años, co diseñamos las casas”.

“¿Y qué aprendimos? Colaboración. Que somos distintos, pero que la clave de la colaboración es que nos respetábamos. Aprendimos que las empresas no logran comunicarse, convivir, colaborar y construir con las comunidades. Y que para aprender, los necesitamos a ustedes y ustedes a nosotros”.

Salir de la caja ahora

“En la práctica, esto significa aceptar el desafío de salir de la caja, cuestionarse y atreverse a participar en innovación pública, segregación, educación, vivienda, derechos, participación ciudadana”.

“¿Cómo se organiza esto? Con formación: creamos una empresa que sistematiza este conocimiento de las siguientes formas”:

  • Diplomados de dirigentes sociales
  • Escuela de Líderes Sociales
  • Escuela de formación sindical

“Pero esto no era nada la feria”

“Pero esto no era nada la feria. Nuestra metodología de trabajo está basada en la educación popular y experiencial. Generamos intercambio entre intelectuales y personalidades con el mundo social y de base. Y lo hacemos de igual a igual. No lleno de asistentalismo, sino como un negocio”.

“Estamos trabajando con las comunidades en asociación con empresas como Aguas Andinas, Minera Los Pelambres, Minera Condelaria y Colbún”, contó Orellana