
26 de agosto 2019
Personas y OrganizaciónLas habilidades directivas, más conocidas como habilidades blandas, son capaces de generar un impacto y valor agregado en las interacciones diarias.
Producto de eso, cada vez se han vuelto más requeridas en el mundo laboral, para lograr una comunicación eficiente.
Pablo Atria, director de Consultoría y Capacitación de Interviene Consultores, destacó el atractivo de estas competencias en el Taller de Habilidades Directivas, realizado en ICARE el pasado 12 de agosto, y dirigido a las alumni del programa Promociona Chile.
Las aptitudes directivas están en cualquiera, aunque es más común relacionarlas a los jefes y, por ende, al liderazgo. Entonces, ¿qué es liderar?
“El liderazgo es algo que históricamente ha sido muy masculino, pero llegamos a un tope en que se necesitan cualidades femeninas”, afirmó Pablo.
No obstante, el director expuso que las habilidades blandas son aptitudes conductuales y que es posible entrenar y desarrollar, aunque muchos aún piensan que son innatas.
Tras esto, en vez de entregar una definición correcta, invitó a las asistentes a que explicaran que es liderar para ellas.
El término más común que expusieron fue ‘movilizar’, seguido por: convocar, legado, orientar, iluminar y gestionar.
Atria expuso los tipos de gestión de liderazgo que no son excluyentes entre sí y bastante comunes, sin importar el tamaño y rubro de las empresas.
En cualquiera de los modelos descritos, varía el protagonismo de las habilidades directivas. Sin embargo, siempre están visibles producto de dos relaciones entre sí:
Como resultado, estas fórmulas permiten entender qué es lo que hay que tener en cuenta para gestar una conexión emocional. “Un desarrollo del vínculo garantiza mejores resultados”, planteó Pablo.
Para esto, enfatizó en la importancia en que se haga de manera práctica y representó esto a través de una actividad práctica.
Divididas en cuatro grupos, las asistentes tuvieron que elegir o inventar un juego y mostrárselo a las demás.
La atención debía estar en la explicación hacia el público, el rol de cada participante y cómo se daba la interacción.
Entre los juegos hubo dos famosos (la escondida y el gato), y otros menos conocidos (¿quién llega primero a 100? y unión de historias), en que quedaron a la vista variados recursos que se pueden incorporar en los trabajos.
Uno tuvo que ver con la importancia del contexto. “Puedo hacer más motivante una explicación técnica a través del contexto”, señaló Pablo, en relación a que si a los trabajadores les explicó cuáles son las posibles aplicaciones de un proyecto, es más fácil captar su atención.
Otra estuvo relacionada con la asignaciones de roles, ya que cuando cada uno sabe qué es lo que tiene que hacer, no se duplican tareas y se desencadena más compromiso con mi labor y el resto del grupo.
Por último, cuando Pablo les pidió nuevamente a las asistentes que explicará qué significa liderar en un solo concepto, las respuestas fueron muchos más variadas:Cautivar.
“El liderazgo no es algo tan epopéyico. Incluso el liderazgo con valores se construye con cosas pequeñas. Siempre una habilidad conductual debe ser entrenada y eso se puede hacer con una explicación, llevar a la práctica, demostrar, entre otras opciones”, afirmó Pablo al cierre.