1.974 horas anuales son las que trabajaron en promedio los chilenos durante el 2016, situando a Chile en el quinto país con mayores jornadas laborales de la OCDE. Sin embargo, trabajar más no necesariamente se traduce en mayor productividad, por el contrario, Chile está lejos de ser un país productivo. Según un informe de The Conference Board un trabajador chilenos produce US$27 por hora trabajada, muy por debajo de Alemania, quién es el país que trabaja menor horas, pero produce US$66,7 la hora.

Klauss Schmidt-Hebbel, Raphael Bergoeing y Marcos Balmaceda

En conversación con ICARE.cl, el vicepresidente de la Comisión Nacional de Productividad, Raphael Bergoeing, sostiene que la productividad es la variable más importante para explicar por qué algunos países son más ricos que otros. «Los países desarrollados son capaces de producir más trabajando menos, liberando tiempo que mejora el bienestar de las personas», asegura el investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP). Asimismo, «invirtiendo menos, liberando recursos para más consumo, que también mejora el bienestar de las personas. Lo hacen porque son más productivos», agrega.

En esa línea, Bergoeing explica que esto ocurre porque la educación y la capacitación son de mejor calidad, es decir, un empleo más preparado. Además, porque «el mercado financiero funciona mejor, lo que permite invertir mejor y desarrollar las buenas ideas, sin importar si tienes el patrimonio o los contactos«. En tercer lugar, el economista sostiene que esto ocurre porque «el Estado funciona mejor, ayudando al desarrollo del mercado en vez de bloqueándolo».

3 factores que explican el bajo nivel de productividad en Chile

En tanto, para el profesor del Instituto de Economía de la Pontifica Universidad Católica de Chile, Klaus Schmidt-Hebbel, el bajo nivel de la productividad laboral (y agregada) de Chile, en comparación con los países desarrollados, miembros de la OCDE, se debe a tres factores.

Estos son «la ausencia de reformas estructurales importantes pro crecimiento en las dos última décadas; la creciente imposición de trabas regulatorias, muchas de ellas mal diseñadas y/o mal implementadas, que inhiben la inversión y la innovación privada; y el efecto negativo de las reformas emblemáticas de Bachelet sobre la productividad, en los años más recientes», afirma aICARE.cl el Ph.D del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Medidas para solucionar el problema de productividad

Raphael Bergoeing asegura que para solucionar el problema de la productividad «es necesario que las dos instituciones económicas principales, el mercado y el Estado, funcionen bien. La primera requiere más competencia, la segunda modernizarse».

«Además de avanzar con reformas que mejoren la calidad de la educación, se debe mejorar significativamente el sistema de capacitación laboral» — Raphael Bergoeing, vicepresidente de la comisión Nacional de Productividad

En esa línea, el vicepresidente de la Comisión Nacional de Productividad afirma que «el problema es que las políticas pro productividad muchas veces tienen costos en el corto plazo y tardan en generar beneficios. Así, los gobiernos tienen pocos incentivos a tomar decisiones que mejoren la productividad».

Para Bergoeing una manera de avanzar es «institucionalizando este desafío, por ejemplo, creando instancias que lo asuman más allá del gobierno de turno. Un ejemplo es la creación de la Comisión Nacional de Productividad en 2015», de la que él forma parte.

Capacitación laboral: El desafío para el próximo gobierno

Por otro lado, el investigador del CEP asegura que hoy en Chile hay consenso sobre el desafío de la productividad. «La mayoría de las candidaturas presidenciales lo menciona como clave para alcanzar el desarrollo económico».

En esa línea, Bergoeing cree que «además de avanzar con reformas que mejoren la calidad de la educación —especialmente durante los primeros años de vida, a nivel básica y media— se debe mejorar significativamente el sistema de capacitación laboral. En segundo lugar, priorizaría una estrategia nacional amplia de modernización del Estado».

Por su parte, Marcos Balmaceda, investigador del Programa Económico de Libertad y Desarrollo, coincide con Bergoeing en que la capacitación laboral es clave para una mayor tasa de productividad. Sin embargo, Balmaceda agrega que junto con mejorar la preparación de los trabajadores, se les debe «incorporar a todo lo que va a hacer el desarrollo tecnológico. El próximo gobierno debiera poner el foco en levantar la inversión —la que ha estado en cifras rojas desde que está este gobierno— pero también es importante focalizarse en la revolución tecnológica que está ahora bien potente y se viene con todo«, asegura a ICARE.cl el investigador de LyD.