El sacerdote, teólogo, escritor y crítico literario José Miguel Ibáñez Langlois fue el invitado de la 25ª edición del ciclo “En Persona: Conversaciones sobre la vida, el país y el futuro”.

Cristián Warnken, conductor del programa, repasó la extensa trayectoria académica y literaria del invitado, quien acaba de publicar dos nuevos títulos:

Tras exponer su opinión de autores tan distantes entre sí, como Santo Tomás de Aquino y Jean Paul Sartre, la conversación se enfocó en la crisis de la Iglesia Católica.

En opinión del sacerdote, la situación en Chile se debe a dos motivos: la pandemia y los abusos sexuales. 

Para Ibáñez Langlois, el factor presencial de la prédica y de los sacramentos se ha visto afectado en los últimos meses.

“Una misa proyectada en la pantalla es una cosa hermosa, pero no es la misa. Cómo no va a golpear a la Iglesia la falta de relación presencial”, afirmó.

Sobre los casos de abusos sexuales, expresó que “el golpe fue terrible”, pero destacó las medidas tomadas por la institución después de que salieran a la luz pública:

“Lo importante del asunto es esto: la iglesia ha hecho con todos estos casos lo que tenía que hacer. Acoger a la víctimas, pedir perdón, ayudar a las víctimas, juzgar a los culpables, castigar a los culpables, incluso con la privación del estado clerical”. 

En esta materia, apuntó como responsable al poder que personifican ciertos sacerdotes.

“El clérigo que está para servir, enseñar y santificar, adquiere mando. El cura que manda, esa es la pestilencia de la Iglesia que ha causado estos desastres. El poder del cura… El poder corrompe”, indicó.