Por Blanca Rodríguez Laínz, Head Hunter y Directora de Ackermann Internacional. Alumni Promociona Chile.

Carola nació con una brújula en la mano, por lo que siempre supo dónde estaba su norte. De su padre, Coronel (R) de la Fuerza Aérea, conserva el paso firme que la condujo a alcanzar sus metas sin dejar nada al azar, y de su madre, el ímpetu para desafiarse.

Esta herencia, sumada a su educación multicultural, le entregó una mirada global desde la que entiende el mundo sin limitaciones ni sesgos.

La Torre de Babel

Tras empezar sus estudios en el Colegio Alemán de Santiago y un entorno bicultural, se trasladó con su familia en dos oportunidades a Inglaterra, donde pasó cuatro años que, sin duda, cambiaron todos sus esquemas.

Carola creció en la multiculturalidad y la diversidad, base de lo que viene en un mercado cada vez más global. Este bagaje vital le ha enseñado que los idiomas van mucho más allá del inglés o el alemán:

“En las diferentes áreas de una misma empresa hablan otros lenguajes y tienen otras culturas , así que, para gestionar de forma efectiva, debemos saber qué mueve a cada uno y hablarle en su mismo idioma”, afirma.

El costo de oportunidad del tiempo

Carola siempre quiso trabajar en un ámbito donde el foco fueran las personas. Por eso decidió estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad Católica donde podría conseguir una formación generalista.

En esa época, un profesor le habló del concepto del costo de oportunidad del tiempo y, desde entonces, la ha acompañado durante toda su trayectoria: “Son todas esas cosas valiosas que dejamos de hacer para responder ese email que no recuerdas ni uno ni nadie”, dice.

Este aprendizaje evidencia una cualidad de Carola que la ha llevado a ser una convencida de que debemos dar nuestro tiempo a aquello que aporta valor y ser generosos, porque “si tú no entregas, nadie te dará”, sostiene.

El camino hacia el norte

Empezó su carrera profesional en ENTEL en plena época del boom de las comunicaciones con la llegada de internet y las transformaciones. “Fue una escuela maravillosa”, recuerda, y la describe así: “De cambio constante y adaptación con un grupo joven liderando una compañía local con un plan de crecimiento muy ambicioso”.

En esos años, Carola siempre tuvo claro su propio plan de negocio: “Si las oportunidades de crecimiento no se dan, salgo a buscarlas”. Tenía muy claro que quería ser Subgerente antes de tener su primer hijo así que planificó su carrera. Se fue a Perú como Subgerente de Desarrollo con un proyecto profesional y familiar. Y ahí fue donde tuvo a su primer hijo.

La importancia de un partner en casa

Antes de casarse, Carola le dijo a su marido que nunca iba a renunciar a su carrera profesional. “De hecho, él siempre ha sido mi mayor sponsor”, comenta.

Cuando decidieron volver a Chile, empezó a moverse. “Viajé con mi hijo de cinco meses desde Perú para hacer las entrevistas en TYCO y, finalmente, me incorporé antes de lo que habíamos pensado, por lo que él tuvo que hacer solo la mudanza y cerrar nuestro periodo allí”.

Otro de los aspectos que Carola había planificado era hacer un MBA antes de que pasaran diez años desde que terminara su carrera así que, con dos niños muy pequeños, se embarcó en este nuevo reto que se había propuesto y que no podría haber superado sin el apoyo de su familia.

“Conciliación”

Durante toda esta etapa profesional que compaginó con la maternidad, nunca se planteó la palabra conciliación, ya que aún era tabú hablar de estos temas en las organizaciones.

Tras el postnatal siguió desarrollando su actividad y sin ninguna flexibilidad. “Hoy hago las cosas de otra manera. He aprendido a gestionar mi tiempo y a demostrar mi valía, así que hay que generar esas conversaciones”, dice convencida.

Su etapa en Woman Eyes

Carola recuerda con emoción su etapa en Woman Eyes donde trabajó en el rubro de las consultorías.

“Me hizo dar cuenta de la importancia del propósito y abrí los ojos a la realidad. Me topé con lo atrasadas que estaban las empresas chilenas en materia de equidad y el impacto tan positivo de las empresas, como Walmart, que ponían el foco en el desarrollo de políticas internas y se movían de forma proactiva hacia la diversidad. Fue un periodo muy motivador, pero cuando me llamaron de ICARE, no pude decir que no a esta oportunidad”, asegura.

Su llegada a ICARE

ICARE es un escaparate al mundo que le ha permitido estar en contacto con la realidad empresarial:

“Para mí lo mejor de ICARE es la comunidad de personas que se unen para pensar en una mejor empresa y sociedad. Son profesionales que aportan su energía, sus conocimientos y sus ganas de construir algo mejor”.

Carola ha sabido aportar una visión diferente y su know how cultural, porque ha visto Chile desde dentro y fuera. Ha desafiado algunas cosas, generado cierta tensión para movilizar temas, y ha incorporado gente diversa y nuevas voces a los grupos de conversación.

Aprendizajes

Recopilando su experiencia, sus aprendizajes y viendo la realidad de Chile desde la ventana al mundo empresarial que es ICARE, Carola tiene dos cosas muy claras sobre las que cree que toda mujer profesional debería reflexionar:

1. «Debemos romper los hilos, salir de este estado de comodidad de hablar solo con los que piensan igual que uno, y desafiarnos y entender las diferentes opiniones. Así podemos generar mejores redes y más diversas, las que son capaces de crear espacios de mayor oportunidad».

2. «Debemos ESTAR en las conversaciones. En lCARE tenemos grupos de conversación en los que, mensualmente, se reúnen ejecutivos senior de diferentes empresas para compartir aprendizajes, desafíos comunes y buenas prácticas. Ellos no faltan, mientras ellas asisten de forma esporádica. No le dan siempre la importancia que tiene. En estos foros no solo se comparten aprendizajes para aplicar en el día a día, sino que también se generan oportunidades y redes de networking que te acompañarán por siempre”, cuenta.

Para finalizar, me quedo con la reflexión y, sobre todo, con la idea del costo de oportunidad del tiempo. Demos nuestro tiempo a aquello que aporta valor. Como profesionales debemos ser actores activos de nuestra sociedad porque la economía de la colaboración pasa por la entrega y, si no eres generosa con tu tiempo, tampoco el tiempo lo será contigo.