Las últimas dos décadas han estado marcadas por el despliegue y la incorporación de la tecnología digital, transformación de tal magnitud que se ha denominado la “Cuarta Revolución Industrial” o el cambio hacia una “Era Digital”. Este proceso de disrupción genera reacciones ya que, cuando la innovación no es generada por los incumbentes éstos se oponen a la nueva competencia, y deben adaptarse y ajustar sus modelos para mantenerse en el mercado. Igualmente, el regulador se enfrenta al desafío de aplicar a los nuevos modelos y sus agentes el marco legal vigente, o bien, adaptarlo, ya sea diseñando nuevas regulaciones o alivianando las actuales, equilibrando requisitos de acceso con innovación. La experiencia histórica sugiere que facilitar la difusión de la tecnología es la mejor estrategia en el largo plazo, ajustando la regulación en el proceso.

La Comisión Nacional de Productividad, haciéndose cargo de esta transformación, realizó un estudio en donde se analizaron las regulaciones actuales pensando en la necesidad de adaptarlas o actualizarlas para facilitar el mejor uso de nuevas tecnologías, en especial, de plataformas digitales, con foco en el bienestar de las personas.

La revisión regulatoria y recomendaciones se focalizaron en las áreas de competencia, laboral, tributación, protección de datos, protección del consumidor y responsabilidad civil. Además de incorporar una revisión sobre infraestructura e institucionalidad digital, y un análisis de los sectores Fintech, Transporte, Alojamiento y Telemedicina.

Tecnologías disruptivas en Chile

Desafíos de Chile por sector

¿Regulando el futuro?