El conflicto social que empezó el 18 de octubre pasado causó impactos en diferentes ámbitos de la sociedad.

Ante la envergadura del estallido, las organizaciones vieron la necesidad de crear espacios de debate y reflexión para conocer cómo los colaboradores y sus familias estaban enfrentando esta situación país.

Parte de las empresas socias de ICARE impulsaron la metodología «Conversemos», desarrollada por la consultora Almabrands.

Su objetivo es, por un lado, poner ideas en común y conocer cómo los compañeros viven la contingencia, porque termina por afectar el rendimiento y el plano emocional.

Por otro lado, busca impulsar el diálogo como «un aporte a la conversación social», según explicó Carolina Altschwager, directora ejecutiva de Almabrands y miembro del Círculo de Innovación de ICARE.

La tarea del facilitador

La política es uno de los temas que se evita para no generar roces. Sin embargo, este diálogo no busca identificar ideologías, sino emociones provocadas por la contingencia.

«El objetivo de esta conversación no es llegar a un acuerdo, calificar ni descalificar, sino escucharnos», dijo la psicóloga y docente de la Universidad Católica.

Para esto, es importante que las empresas que realicen la sesión tengan un facilitador. Su tarea será recibir a los participantes, guiar la conversación y velar porque se cumplan las normas del encuentro.

«El rol del facilitador es más bien acoger, empatizar y, si algo no se entiende, preguntar un poco más. Es preferible no opinar, porque si se hace, se puede cohibir a alguien con lo dicho», explica.

La diversidad es fundamental

Considerando esto, hay que tener en cuenta que la conversación puede ser más productiva:

●     Armar grupos de 12 personas como máximo. Ideal que cada persona no esté con su jefe directo y que lo integren quienes no comparten otras instancias.

●     Indicar que la actividad dura dos horas, especialmente por quienes tienen tareas urgentes. Si alguien no puede quedarse, no hay que retenerlo. Tampoco si no le interesa tras escuchar la dinámica.

●     Recordar que se trata de un espacio confidencial, por lo tanto, lo que allí se diga, no será usado por las empresa con otros fines.

●     No es el momento para enviarle mensajes a otros, sean directos o indirectos, a quienes están presentes o no.

●     Tener en cuenta que el tiempo es escaso y que no habrá espacio para contrastar ideas.

Sin embargo, como no es una conversación trivial, la diferencia es evidente en ciertas características del espacio. Estas son:

●      Comodidad: ideal donde puedan estar en círculo u óvalo. También estar solo en sillas.

●     No se recomienda usar tantas pantallas (notebooks, smartphones y tablets), para mantener el diálogo en el círculo.

●     Horario: de preferencia en la mañana.

●     Ideal tener frutas, galletas o sandwiches.

Tres preguntas guía

Una vez aclarado esto, el encargado de recursos humanos u otro colaborador que quiera liderar «Conversemos», podrá guiarlo con tres preguntas.

1) ¿Cómo te sientes frente a lo que está pasando?

Carolina aclaró que «lo que siente cada persona, no es discutible». Por ejemplo, si a alguien le cuesta expresar sus sentimientos, si está complicado o no se ve afectado.

2) ¿Cuáles son hoy tus principales preocupaciones en lo personal y laboral?

Es clave mencionar que no se trata de temáticas generales, sino que las desencadenadas por la contingencia. Es decir, si alguien tiene incertidumbre sobre su permanencia en el trabajo por la crisis, es válido. También si le dan miedo las manifestaciones o la posibilidad de un saqueo, especialmente si es una empresa comercial.

3) ¿Cómo creen que podemos solucionar los principales problemas que tenemos?

Hay que considerar que parte de los asistentes responderán sobre temas laborales, personales o sociales. Por lo mismo, es esencial aclarar que es en referencia a la contingencia y que la pregunta puede ir acompañada de otra interrogante: «¿Cómo creen que se podría solucionar?».

Plataforma colaborativa de «Conversemos»

ICARE y everis desarrollaron una herramienta que recopila las contribuciones de las sesiones.

El encargado de subir el material es el facilitador u otro representante que defina la empresa, pero siempre conservando el anonimato y confidencialidad de los participantes.

Las ideas y propuestas servirán para conocer cómo las empresas, independiente de su tamaño, rubro, ubicación u otro factor, abordan las reflexiones internas en tiempos complejos.

Ideas prácticas

La carga emocional de «Conversemos» puede ser alta, por lo que el cierre puede seguir algunos tips para que no sea tan abrupto.

Primero que todo, Carolina recomienda agradecer el tiempo destinado a la actividad.

Después, el facilitador puede valorar los puntos de vista compartidos y la posibilidad de conocerse un poco más.

Tras esto, cada uno puede calificar la experiencia en un concepto o contar cómo se sintió.

Por último, Carolina recalca que si otras empresas quieren replicar este espacio, tienen que considerar que:

«Es un espacio de conversación, para escucharnos y contenernos, por lo que no es necesario salir con un listado de ideas ni petitorio para la empresa».

Te invitamos a ver la entrevista para conocer más detalles: