“El tema previsional es el mayor problema, riesgo y desafío que tiene nuestro sistema político”. Así comenzó su exposición el senador de Renovación Nacional por la región Metropolitana e integrante de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, Andrés Allamand, en el Foro Empresarial “Pensiones: claves del proyecto”.

El senador puso sobre la mesa algunas de las complejidades políticas que ha generado la reforma previsional. “Las pensiones tienen el agravante de que pueden traspasar su falta de legitimidad hacia el sistema político completo”, afirmó Allamand.

Riesgos en el sistema político

El senador dijo que el riesgo es que el sistema político reaccione mal a la discusión. Esto puede ser a lo menos de tres maneras: adoptando políticas públicas que no sean sostenibles en el tiempo, que se tomen soluciones técnicamente incorrectas, y que el debate no se focalice en lo que verdaderamente es importante.

“Si la discusión pública se desvía de las causas que explican las bajas pensiones y nos quedamos en asuntos que no van al fondo del problema, no lo vamos a resolver adecuadamente”, afirmó Andrés.

Alcanzar un acuerdo en una materia así de compleja, llena de aristas, con implicancias políticas y electorales es un desafío político importante. La forma en que los partidos reaccionen a esta reforma puede significar para ellos el éxito o el fracaso en futuras contiendas electorales, aseguró el senador.

Allamand enfatizó en que para avanzar dentro de esta complejidad política, se debe explicitar los principios con los que cada parte se aproxima a los problemas de fondo.

Principios fundamentales propuestos por la oposición

El senador Allamand planteó tres principios fundamentales que comparte su sector en relación a las cotizaciones. En primer lugar, que la solidaridad sea vía impuestos ya que es progresiva, y no vía cotizaciones, que es regresiva.

Por otro lado, propone que la cotización previsional sea de propiedad individual. Es decir, que sea del trabajador y no de un fondo que conduce a las modalidades de reparto. “No hacerlo así generaría un tremendo efecto de desincentivo del ahorro. Para aquellos que ya desconfían del sistema, terminaría aumentando la deslegitimidad de este”, afirmó Allamand.

En último lugar, la libertad de elección respecto al destino de la cotización. El senador afirmó que si va a existir un ente público que va a competir con privados, la contrapartida tendría que ser que las personas puedan elegir cuál es el ente que administrará sus ahorros. “A mi francamente nunca me pareció que una AFP estatal fuera simplemente el fin del sistema”, mencionó el senador.

El sistema

Por otro lado, Allamand explicó tres principios centrales que tienen que ver sobre  cómo funciona el sistema y en los que cree es más fácil coincidir.

Mencionó el giro único, que cree fundamental que los entes previsionales mantengan. No solo por el efecto que puedan tener las ventas atadas, sino por los conflictos de interés, por lo que es fundamental evitar en un sistema previsional.

Otro punto tiene que ver con los controles, los que deben ser cada vez más exigentes, y se debe avanzar en transparencia. “Hay dos posiciones, si va a haber un ente estatal que va a competir con un ente privado, las regulaciones tienen que ser iguales para ambos. Pero si se estableciera que debe haber un ente únicamente estatal, hay que ver bien cómo se regula que ese ente no pueda ser objeto de presiones políticas por parte del gobierno”, dijo el senador.

El tercer principio, es la competencia, la que Allamand mencionó que se debe aumentar. Para ello, hay distintas maneras vinculadas a cómo reducir las barreras de entrada o facilitar la incorporación de otros actores. “El tema de la competencia tiene que ver mucho con la legitimidad. Es contraintuitivo en términos de la competencia que exista un grado de concentración tan alto como el que tenemos hoy día”, señaló.

Invitación a la transparencia

El senador planteó que en una reforma tan relevante como la de pensiones, es muy importante la forma en la que la sociedad debata el tema para efectos de los resultados.

Hay que hacer un esfuerzo para que las personas implicadas en los cambios, entiendan bien las posiciones de las partes y cómo estas se aproximan a los problemas de fondo.

Si la discusión pública no es lo suficientemente transparente ni clara en los principios en que cada cual se aproxima al problema, se puede tener una mala deliberación pública, que puede conducir a la parálisis o a la adopción de decisiones incorrectas.

“Cuando hay ambigüedad en lo que cada uno piensa o pretende, o no hay claridad en separar las discusiones de los objetivos respecto a los instrumentos, las negociaciones tienden a entramparse, o a caer en puntos muertos. Pero, si se transparentan los puntos de vista y principios con los que se aproximan a los problemas, y se involucra a la sociedad civil, se generan incentivos para poder alcanzar un buen acuerdo”, cerró el senador.

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