La agenda del gobierno de Salvador Allende comprendía establecer un Estado Popular y una economía planificada con predominio del rol estatal.

Esta ideología se plasmó en una agenda que consistió en estatizar empresas, nacionalizar el cobre y profundizar la reforma agraria.

Los efectos de estas políticas aún son motivo de debate, especialmente a pocos días de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.

Para analizar estas medidas de acuerdo con los indicadores económicos, la economista e integrante del Círculo de Economía y Finanzas de ICARE, Michéle Labbé invitó a Cecilia Cifuentes, directora ejecutiva del Centro de Estudios Financieros en ESE Business School, a “La Semana Económica”.