Este lunes 15 de abril, el Círculo de Economía y Finanzas de ICARE estrenó la tercera temporada de “La Semana Económica”, programa de análisis sobre el acontecer económico.

La economista e integrante de nuestro Círculo, Michéle Labbé, es la conductora de este espacio semanal por segundo año consecutivo.

En este primer capítulo, la conversación se centró en la formalidad y flexibilidad laboral, productividad y salarios.

Lorena Matamala — Presidenta del Sindicato N° 3 Interempresa, Gasco.

Hermann González — Coordinador Macroeconómico de Clapes UC y socio de Valtin Consulting.

Formalidad laboral y salarios

En marzo, la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, sostuvo un diálogo con el presidente de Pivotes, Bernardo Larraín, sobre los problemas de informalidad laboral y su impacto en los salarios.

La jefa de la cartera señaló que las empresas deberían “pagar más” para evitar la informalidad, algo que el expresidente de la SOFOFA no compartió al considerar que es necesario flexibilizar el mercado laboral con foco en el quintil más bajo.

Este debate fue el punto de partida para conocer la opinión de los invitados.

El coordinador macroeconómico de Clapes UC expresó su preocupación al poner en contra a los trabajadores con las empresas. “Los responsables de que no se pague más se atribuye implícitamente al empresariado”, señaló.

Sin embargo, en su opinión, hay factores que no se están considerando.

En primer lugar, partió del hecho que los grupos más vulnerables que ganan menos, son los que tienen un nivel educacional más precario. “Esto nos lleva a pensar en cómo mejorar la calidad de la educación y de la capacitación laboral en Chile”, afirmó.

En segundo lugar, los sueldos en las empresas formales son el doble que en las informales. “Los esfuerzos debieran estar puestos en formalizar la actividad informal”, acotó.

Por último, como los salarios son más altos en las empresas grandes que en las pymes, indicó que “el llamado de la ministra pareciera que es para que el negocio de barrio, que apenas llegue a fin de mes, pague más, porque no es para las empresas grandes que lo hacen”.

“Me preocupa que el diagnóstico sea errado en la autoridad que está a cargo de hacer las políticas públicas para mejorar el empleo y las remuneraciones”, cerró.

Por su parte, la dirigente reconoció que “los trabajadores y organizaciones sindicales sabemos que las empresas de mayor tamaño efectivamente tienen remuneraciones más elevadas en algunos segmentos”.

No obstante, consideró que el punto de inflexión es otro.

“La mayoría de los trabajadores asumen que tienen que ser productivos, pero cuando lo son, les gustaría que retornara y, en eso, las empresas están al debe. Con eso, las remuneraciones se podrían estabilizar, porque hay empresas con buenas utilidades, pero el retorno a los trabajadores no lo es tanto”, planteó.

Asimismo, destacó que «las grandes empresas con buenos beneficios, tienen organizaciones sindicales que están negociando permanentemente».

El desafío de la productividad

La productividad está estancada desde hace 15 años, según la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP).

De acuerdo con el Informe Anual de Productividad, publicado en enero de este año, la productividad cayó entre 1,8% y 2,4%, dependiendo de los factores considerados.

En opinión de Matamala, la productividad de las empresas se podría mejorar a través de la capacitación. Sin embargo, cree necesario “averiguar por qué las empresas no usan el SENCE”, por ejemplo.

Por su parte, González cree que hay que mejorar la coordinación entre las empresas y los centros de formación técnica y universidades, porque las primeras saben qué necesita el mercado laboral, y las segundas, lo ofrecen.

Además, señaló como otro factor la falta de innovación producto de las bajas inversiones en innovación y desarrollo. “Sería bueno que el país tuviera más competencia entre las empresas, porque eso motiva a que haya más innovación”, afirmó.