El contacto directo con una biografía de Marie Curie es un vívido recuerdo que Dora Altbir conserva de su infancia.

Ese momento la capturó y despertó en ella la pasión por las ciencias, sobre todo por la física.

A eso hay que sumar su deseo de entender cómo funcionaban las cosas y su ávido apetito de conocimiento, ambos aspectos motivados por su insaciable curiosidad.

Desde entonces tuvo clara su vocación y el destino le auguraba una vida dedicada a la ciencia.

El domingo 29 enero la ganadora del Premio Nacional de Ciencias Exactas (2019) conversó con Cristián Warnken en nuestro programa En Persona.

Dicho episodio, emitido a través de ICARE TV, fue el 41 de la cuarta temporada y puso fin a esta etapa del ciclo de conversaciones sobre la vida, el país y el futuro.

La actual directora del Centro de Nanociencia y Nanotecnología (CEDENNA) abordó diferentes aspectos de su vida personal y de su trayectoria profesional.

Asimismo, dio a conocer su mirada sobre la ciencia en nuestro país, la necesidad de tener una visión a largo plazo que nos permita formar más y mejores científicos, el presupuesto del Estado destinado a la investigación científica, entre otros temas de interés nacional.

«El conocimiento que no refleja lo que uno espera también es conocimiento»

Desde que inició su formación académica, Altbir tenía un objetivo claro: hacer ciencia al mejor nivel.

Pero el camino de la investigación científica está lleno de altibajos y eso fue algo que aprendió con el tiempo.

«Hay muchos momentos donde las cosas no resultan, pero hay que aprender a mirar esos procesos como aprendizaje», aseveró.

En ese sentido, la directora del CEDENNA resaltó que «el conocimiento que no refleja lo que uno espera también es conocimiento».

A su vez, enfatizó que el mundo científico está lleno de momentos alegres y satisfactorios, donde la colaboración por encontrar respuestas a un problema muchas veces le gana la partida a los egos.

Nanociencia, un mundo por descubrir

Por otro lado, Altbir detalló que sus inicios en la investigación científica se dieron en el campo de la física experimental.

Sin embargo, poco a poco fue interesándose en la nanociencia y la nanotecnología, dos áreas de gran potencial para los países, las empresas y la academia.

Desde la medicina hasta el desarrollo energético, la nanociencia, expresó Altbir, abre un mundo que apenas estamos conociendo.

En esa línea, la ganadora del Premio Nacional de Ciencias Exactas recalcó que Chile se encuentra entre los países OCDE que menos porcentaje de su PIB destina a la investigación científica.

«El promedio de inversión es de 2,3% y va creciendo poco a poco. Nosotros estamos en 0,4% o menos, una cifra que dificulta que la ciencia chilena tenga el impacto que realmente podría tener», afirmó.

Además, la directora del CEDENNA hizo hincapié en la formación de científicos, ámbito que también se ha convertido en una asignatura pendiente para el país.

«Formar a un científico son diez años de tiempo y se necesitan los recursos adecuados y convencerlos [a los estudiantes] que estos estudios de una década tendrán una salida adecuada», añadió.

Generar conocimiento científico desde las empresas

También se refirió a la presencia de científicos en las empresas, una práctica que en Chile es una excepción y no la regla.

«Tenemos un número muy alto de científicos en las universidades, muy pocos en el aparato público y prácticamente ninguno en las empresas […] En otros países la pirámide es al revés; en Estados Unidos, por ejemplo, el 70% de los científicos está en las empresas», señaló.

Altbir apuntó que en muchos países «las transformaciones tecnológicas se desarrollan en las empresas» y las innovaciones están muy ligadas «al conocimiento que ellos puedan generar».

«Necesitamos una visión de ciencia a largo plazo de la cual nosotros no nos hemos empapado», puntualizó.