En el libro Octubre en Chile: Acontecimiento y comprensión política: hacia un republicanismo popular, el abogado Hugo Herrera analizó, desde una perspectiva filosófica, varios elementos clave sobre los hechos del 18 de octubre.

A un año del estallido social, Herrera fue el invitado del vigésimo segundo programa de nuestro ciclo En Persona.

En esta conversación con Cristián Warnken, el abogado tocó distintos temas que, precisamente, ahondan en lo ocurrido el 18-O.

En ese sentido, se refirió a la importancia de comprender lo territorial, las instituciones, el valor del pueblo y la comparación del estallido social con otras crisis de nuestra historia.

La tierra y el encierro de las élites

Herrera recalcó que la tierra, lo espacial, tiene una relevancia fundamental y es un elemento constitutivo de lo humano.

Asimismo, aseveró que le preocupa que la política no tenga conciencia de esto.

Para el abogado, «hay tipos de problemas en Chile que no tienen solución; los problemas territoriales».

«Ni el conflicto mapuche, ni las llamadas zonas de sacrificio, ni la sequía, ni el desierto que avanza, ni la conectividad del país (medios de transporte), todos esos problemas quedan abandonados», añadió.

A su vez, señaló que el encierro de las élites en «territorios asépticos» les impide tomar contacto con la realidad.

«Parte de que las manifestaciones principales sean en Plaza Italia, donde el inconsciente colectivo asocia que comienza el Santiago de los ricos, muestra que una parte del malestar en Santiago tiene que ver con el espacio y la territorialidad«, apuntó.

Lo abstracto, lo concreto y el valor del pueblo

Por otro lado, Herrera explicó que toda comprensión se mueve entre dos polos: uno concreto y otro más abstracto.

«Los dos extremos me parecen dañinos», resaltó el también ensayista y columnista.

En política, profundizó, hay un extremo de entrega al polo real, con cosas como «la esencia inmutable del pueblo».

«Se va a lo concreto sin reparar en la importancia de la República y las instituciones para la libertad».

Sin embargo, también están quienes dejan a un lado lo concreto y se concentran en instituciones que adiestren al pueblo.

«Creo que en Chile la izquierda académica y el neoliberalismo económico operan con la misma matriz: el pueblo es material de adiestramiento para ideas poseídas de antemano, no es algo valioso por sí mismo«, expresó.

Además, Herrera afirmó que las normas son valiosas «porque permiten organizar, criticar, dividir el poder», pero en la realidad concreta del pueblo «hay cosas valiosas que deben ser reconocidas en una comprensión política que no sea reduccionista«.

«Si las instituciones oprimen mucho tiempo el asunto estalla y tenemos octubre», agregó.

El reclamo de los de abajo

Para Herrera, el momento actual tiene más similitudes con la Crisis del Centenario que con los acontecimientos de 1973.

«La crisis del 73 es horizontal; dos bandos que están enfrentados y se sienten amenazados el uno por el otro».

En cambio, detalló, el conflicto actual se parece mucho más al del Centenario porque «son los de abajo reclamando a los de arriba».

«No reclaman un nuevo orden, le dicen a los de arriba ‘reformen para acogernos'», puntualizó.

Sin embargo, Herrera agregó que hay factores, como las redes sociales, que diferencian esta revuelta a la del Centenario.

Esto explica que la mayoría de los manifestantes sean jóvenes, pero enfatizó que esto no tiene que ver solamente con grupos particulares, sino también con «la irrupción de nuevas clases sociales masivas».