Uno de los principales retos que tenemos a nivel mundial es la lucha contra el cambio climático.

Las discusiones sobre cómo reducir las emisiones de CO2, la implementación del Acuerdo de París y otros temas relacionados al cambio climático, dimensionaron el desafío; 2020 es un año clave para el bienestar de nuestro planeta.

Pero el reto se ha agrandado y hoy la mayor preocupación del mundo es el nuevo coronavirus y sus consecuencias.

Con el propósito de discutir la magnitud de ambos problemas en un mismo contexto, Corparaucanía realizó un encuentro virtual.

Este espacio contó con la participación de María Elisa Quinteros, doctora en Salud Pública e investigadora de la Universidad de Talca, y Álex Boso, investigador del Núcleo de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de La Frontera.

Ambos panelistas presentaron varios puntos fundamentales sobre el COVID-19 y la situación medioambiental del sur de Chile.

Posteriormente, fueron parte de un espacio de preguntas y respuestas que fue moderado por Juan Pablo Cárdenas, doctor en Ingeniería y Asesor de Eficiencia Energética y Sustentabilidad.

¿Influye la calidad del aire en la tasa de mortalidad del COVID-19?

Durante su presentación, Quinteros destacó que la contaminación del aire afecta de diversas formas nuestro organismo.

Pero, ¿qué pasa cuando estos dos factores, contaminación y coronavirus, forman parte de una misma ecuación?

En ese sentido, la investigadora detalló las principales conclusiones de un reciente estudio publicado por la Universidad de Harvard.

Dicha investigación analiza la mortalidad del COVID-19 en Estados Unidos y la exposición al aire contaminado.

Basándose en los resultados de la investigación, Quinteros apuntó que «el aumento del material particulado que integra el aire contaminado se asocia a un 15% más de muertes por COVID-19«.

«La contaminación perjudica la recuperación, en comparación con una persona que vive en una ciudad más limpia».

Por otro lado, puntualizó que, más allá de las medidas de prevención e higiene que cada persona pueda tomar, las políticas públicas también juegan un rol fundamental.

Como ejemplo, Quinteros mencionó los planes de descontaminación atmosférica.

Además, recomendó que, si es posible, las personas utilicen calefactores menos contaminantes.

Percepción de la calidad del aire en el sur de Chile

Por su parte, Boso ahondó en la percepción de riesgo y contaminación del aire en el contexto del COVID-19.

«Tenemos ante nosotros un reto complicado, ya que mientras se lucha por reducir las emisiones de contaminación, llega este virus de alta y rápida transmisibilidad», expresó.

El estudio que él y su equipo llevaron a cabo en el sur de Chile aborda la percepción que tienen las personas sobre la contaminación de cara al invierno y la importancia que dan a la calidad del aire.

Boso enfatizó en la necesidad de actuar urgentemente, ya que en el sur del país, especialmente en centros urbanos, la suma de hogares socialmente vulnerables, más un bajo confort térmico y altos niveles de contaminación indoor, agravan el contexto actual.

«Las propuestas concretas [para enfrentar este problema] es información, medidas estructurales y responsabilidad y solidaridad social», dijo.

El investigador añadió que «los tres elementos son condiciones necesarias, pero aislados no son suficiente ante el desafío que tenemos».

Mientras varios países deben enfrentar la crisis del coronavirus y el impacto económico que tendrá, en el caso de Chile, explicó Boso, habrá que hacerse cargo de estas situaciones y, además, asumir el reto de «respirar mejor y calentar los hogares».

Mira el encuentro La amenaza de la contaminación y el COVID-19 aquí.