Ernesto Ottone es un testigo de la historia política de nuestro país.

«Es alguien que ha reflexionado y pensado estas agitadas décadas», afirmó Cristián Warnken, durante la presentación del vigésimo cuarto programa del ciclo En Persona.

Ottone, sociólogo, ensayista, Doctor en Ciencias Políticas y académico del Colegio de Estudios Mundiales de París, fue el invitado de la edición emitida el domingo 01 de noviembre.

«Valparaíso es mi hábitat», recalcó, al tiempo que detallaba algunos aspectos de su vida familiar.

A su madre la define como una mujer resiliente, mientras que a su padre, de origen italiano, lo recuerda como un hombre entregado al trabajo.

El cuestionamiento de sus ideales

Durante su juventud, fue militante del Partido Comunista, decisión que lo llevaría a conocer algunos países de este de Europa.

Tras sus viajes a Moscú y Praga, Ottone es enviado a Budapest para establecerse con su familia.

Pero con el tiempo empieza a cuestionarse varias cosas, sobre todo aquellas que defendía.

«Llega un momento en el cual me pregunto ‘¿Estoy luchando contra la dictadura de Pinochet y sin embargo apoyo a otras dictaduras?'», enfatizó.

Conocer en primera persona «las dictaduras del socialismo real», donde un partido único gobierna y la disidencia es perseguida, hace que la democracia empiece a ser una necesidad para él.

Asimismo, explicó que quiso «dar la pelea» desde el interior del PC para que se transformara en un partid pluralista.

«Cuando veo que esto es imposible, me tengo que ir […] Es una cosa dura, un desgarramiento», aseveró.

La socialdemocracia en Chile y Latinoamérica

Por otro lado, Ottone conversó con Warnken sobre la socialdemocracia y la exportación de esta ideología a Latinoamérica.

«La socialdemocracia no tiene una tradición histórica en Latinoamérica […] Hay una tradición histórica comunista, pero no una socialdemócrata«, resaltó.

A su vez, agregó que el Partido Socialista chileno contaba con personas de tendencia socialdemócrata, pero esto se generó endogenamente.

Asimismo, Ottone señaló que «hay un espacio en Latinoamérica para una socialdemocracia moderna».

Sin embargo, resaltó dos elemento fundamentales para que la socialdemocracia tenga cierto éxito en la región.

«No tiene sentido una socialdemocracia donde no haya la combinación de la libertad individual y la aspiración a una sociedad más igualitaria», puntualizó.