Muy buenos días a todos.Muy buenos días a todos.Yo tenía un discurso bastante estructurado y no sabía que Bruno me había espiado completo. Se le olvidó decir que yo había nacido en Viernes Santo a las tres de la tarde, pero todo lo demás lo largó; pero la verdad es que hay cosas que no resaltó Bruno: por ejemplo, la gran emoción que yo sentí cuando Mauricio Larraín me rectificó este premio. Primero, yo no me sentía acreedor. En segundo lugar, veía que este gran acreedor era mi personal, todo el equipo humano. En tercer lugar, estaba mi familia. Y además -¿por qué no decirlo?- sentía algo que me emocionaba enormemente, porque resulta que en el año 1973 le dieron el Premio ICARE a mi hermano Ricardo, y nosotros somos cuatro hermanos, es decir, de ocho somos cuatro hombres, y resulta que de los ocho tenemos Ricardo, que sacó el Premio ICARE, Carlos, mi hermano, que el mismo año sacó el Premio del Colegio de Ingenieros de Chile, y Fernando, mi hermano, que es sacerdote, que en ese mismo tiempo pasó a ser obispo, después Presidente de la Conferencia Episcopal, y yo inmediatamente lo enlacé con el caso de un premio que tenemos en la empresa a nuestro personal, que es muy emotivo: hace quince años que estamos premiando en la empresa, en las distintas partes, a los padres de los buenos alumnos, porque la verdad es que los buenos alumnos son el producto de un padre y una madre que se preocuparon. En eso hemos tenido espléndidos resultados, y cuando me notificaron del Premio ICARE, yo sentí que le estaban dando un premio a mi papá y a mi mamá. Muchas gracias. Bruno se saltó también de que en el año 1979 empezamos a hacer la feria de inventos de Melipilla. ¿Para qué? Para romper la mediocridad del chileno. En esa época, el chileno venía de un período muy largo en que miraba sin futuro, sin alternativas, e hicimos la feria de inventos tres años seguidos. Y la verdad es que se fue creando espíritu de pensar, de analizar, de buscar alternativas. Hicimos la feria de inventos, después fundamos con un grupo de gente el museo científico-tecnológico, uno que está en la Quinta Normal, sin fines de lucro, pero cuyo único fin es mejorar, mejorar, mejorar y crear.Posteriormente, en realidad, cuando vino la crisis de 1982, fue bastante fuerte. ¿Por qué? Porque yo tenía todos mis bienes comprometidos, no tenía ni tengo separación de bienes. Creo que es absurdo -y aprovecho que están aquí los caballeros del gobierno- que sean iguales o sean más caros los tributos de no tener separación de bienes, pero en fin, sigo sin separación de bienes. Y le conté a mi señora, le dije «Mire, mijita, estoy muy mal, capaz que quebremos». Entonces me dijo «Mira, Manuel, es mucho más grave si se nos hubiera enfermado un hijo o se hubiera accidentado un hijo. Trata de hacer las cosas bien y con altura de miras». Entonces se hicieron bien, con altura de miras, tuvimos acuerdo con los bancos, tuvimos dos espléndidos veedores -uno de ellos lo estoy mirando aquí- y pagamos toda la deuda, con los intereses completos, y salimos adelante. Yo creo que eso es muy importante y eso no se lo habían dicho a Bruno. La empresa que hemos formado es grande, pero no tan grande como otro amigo que anda aquí atrás, al cual yo le agradezco su presencia; pero en el fondo creo que, dentro de la complejidad, tenemos el orgullo de que los chilenos, por lo menos en lo que a avicultura se refiere, somos pioneros y somos punteros en el mundo. Hoy día somos más eficientes que los americanos, y desde el año 1976 Chile está autorizado para mandar carne de ave a Estados Unidos; pero desde el año 1976 siempre hay una medida paraarancelaria y hay una coma o un papel que faltó, entonces cuando vino la bomba en xx, bueno, era un detalle para nosotros, ya sabíamos que iba a venir. Creo que en ese aspecto para mí es un orgullo estar en una actividad en que en realidad tenemos que preocuparnos de producir las cosas cada día mejor. En ese aspecto, también es muy importante que mi abuelo le puso el nombre de familia, el patronímico, a los vinos; mi padre, a la fruta también; mis hermanos, a las flores. Bueno, ¿y nosotros le ponemos por qué? Por que nos jugamos por entero por hacer las cosas bien, y creo que en los productos alimenticios uno tiene que entregarse con la más alta calidad y la más alta preparación. Para eso estamos trabajando y por eso hoy día con orgullo seguimos dando nuestro nombre y apellido. Creo que es una ventaja de Chile que la gente se juegue a fondo. En paralelo, yo, en el año 1970 -en esa época teníamos siete hijos, la situación no era muy clara en Chile- dejé todos mis bienes trabajando, se mantuvieron todas las empresas funcionando, pero tenía que optar por la educación de mis hijos y por la formación de mis hijos, y nos fuimos a Argentina, donde volvimos a empezar, donde el 11 de septiembre nos pilló, que ya teníamos dando trabajo a 28 chilenos. Son harto buenos los chilenos afuera, y adentro también. Bueno, finalmente, hay algo en que estamos trabajando desde hace años, que es el problema del traspaso generacional. Yo he tenido la suerte de tener ocho hijos, igual que mi padre; pero resulta que el traspaso generacional uno tiene que pensarlo con mucho tiempo. El traspaso generacional es mucho más sencillo cuando hay un heredero o dos herederos; pero cuando hay ocho hijos, todos profesionales, todos casados, y muchos nietos (vamos por 42, pero ya me dijeron que no me preocupara, que íbamos a llegar a 48), entonces la multitud de ideas y de cambios hay que irlos organizando y hay que ir dándoles formación. Afortunadamente, hemos tenido un equipo, tanto de hijos como de nueras y de yernos, extraordinario; pero hemos ido también formando en la empresa, tenemos un directorio externo, que lo encabeza en ese aspecto Roberto Kelly, con hijos, unos que trabajan dentro de la empresa, otros que están fuera de la empresa, y ciertos puestos son llevados por gente externa. Y en ese aspecto yo le quiero rendir un homenaje a Ismael Correa, que es nuestro gerente general, y tenemos finanzas externo y contabilidad externo. Y con eso yo creo que vamos manteniendo la armonía y nos vamos preparando para la otra generación. Creo que para nosotros ha sido realmente importante. Yo, cuando entregué la gerencia en el año 1973, dije «Bueno, me voy a dedicar a la presidencia de la empresa y me voy a dedicar un poco a investigación y desarrollo y a viajar»; pero resulta que nunca pensé que en vez de estar trabajando seis u ocho horas diarias, tengo que leer 35 revistas a la semana en distintos idiomas, me toca viajar seis u ocho veces al año a exposiciones, y al final trabajo mucho más que antes, pero tremendamente creativo, entretenido y formador. Creo que las cosas que estamos haciendo, tanto hoy día como en el futuro, van a ser bastante importantes. Tengo fe profunda en Chile, tengo fe en que Chile logrará superar los problemas políticos que hoy día nos dividen, poner en marcha leyes laborales que dando más oportunidades no rebajen el valor de la iniciativa privada, que tendremos reglamentaciones ambientales que no entorpezcan y que habrá una real democratización, pues según Peter Draker (?), en un país enfermo es imposible que haya empresas sanas. Yo hago votos para que esto suceda. En paralelo, en la Corporación de Educación y Salud de Melipilla, donde tenemos 33 escuelas y 13.000 alumnos, tenemos un equipo humano de profesores y directores dando la importancia fundamental al profesor, para que se vuelva a rescatar al escuela como centro de formación de niños, y hemos tenido muy buenos resultados. Lo mismo tenemos en el Departamento de Salud, donde yo me río porque tenemos varios consultorios, vemos la salud pública de 60.000 o 70.000 personas, pero no tenemos niños ahogados con lo que muestran en televisión. Es una lata para la televisión ir a los consultorios de Melipilla. Lo mismo, la cantidad de drogadicción que tenemos en Melipilla es la mitad que la Región Metropolitana, estamos atrasados en eso gracias a Dios, esperamos seguir siendo atrasados. En delincuencia tampoco damos… Pero en fin, va a haber que formar una muy buena subsidiaria de Paz Ciudadana, para que cuando llegue eso, no nos toque. Para mí es un honor estar aquí con Almacenes París, con las empresas París y con la fundación Paz Ciudadana. Y finalmente, no puedo terminar sin agradecer a mis hermanas y hermanos, quienes me han guiado por tantos años, ni dejar de recordar a todo el personal que nos ha fallecido en los años y a mi suegro, que también fue un gran apoyo para mí. Reitero mis agradecimientos a ICARE por este premio, que me llena de orgullo y que todavía no sé si me lo merezco. Y reitero el compromiso de seguir luchando como empresario por el desarrollo de la empresa, de la zona y de mi querido Chile. Muchas gracias.