PREMIO ICARE CATEGORIA EMPRESARIO 2011

ICARE me ha reconocido como el “Empresario del Año”. Para un empresario resulta especialmente significativo ser nominado por una institución de tanto prestigio y relevancia. Valoro este premio especialmente porque se trata de una muestra de aprecio que me hacen mis pares y también, porque entiendo qué, más que una distinción, por lo que haya podido hacer en el último año, se trata de resaltar una trayectoria.

Al pensar en mi vida como empresario no puedo menos que recordar a quiénes me inculcaron el espíritu del emprendimiento y a quiénes han compartido conmigo y me han apoyado en este camino.

A mi juicio, el impulso inicial como empresario se lo debo a mis padres. De ellos aprendí la fuerza que da, el creer en lo que se hace, el poner en ello todo el entusiasmo, el nunca darse por vencido. Ellos me enseñaron, que de la nada se puede crear. Recuerdo que mi padre, en unión con otros ex alumnos del Liceo Alemán, con el esfuerzo y liderazgo del padre Werner From, sólo en base a la creatividad y a la capacidad de gestión, hicieron surgir el actual Colegio Verbo Divino. Hoy una de las instituciones educacionales más prestigiadas de Chile. Así se explica también que yo haya sido el primer alumno matriculado en ese colegio. Y, dada esta historia, a honor lo tengo. A mi madre la vi levantar el Templo Votivo de Maipú. Por encargo de la entonces Primera Dama, doña Graciela Letelier de Ibáñez, le correspondió concretar la largamente postergada promesa de los padres de la Patria, de levantar un Templo a la Virgen del Carmen, Patrona de Chile. El esfuerzo de mi madre y de las personas que trabajaron con ella rindió sus frutos. Ahí está a la vista de todos ese Templo y su Museo hoy lugar de peregrinaje de miles de chilenos. Lo que hicieron, fué una clásica actividad empresarial. Los sueños que inspiraron su trabajo, levantaron un Colegio y un Templo, los desvelos vividos mientras el proyecto se realizaba y la satisfacción de ver las obras concluidas, constituyen los anhelos y alegrías, que experimentamos todos los empresarios cuando abordamos un proyecto.

En lo que a mí respecta, el resultado de mi trayectoria, se lo debo también a quiénes me acompañaron durante tantos años. Esta, se identifica básicamente con una empresa: Sigdo Koppers. Por esta razón, en esta ocasión quiero destacar especialmente que ella nació gracias a la visión empresarial de tres magníficos profesionales: Andrés Donoso Larraín, Domingo Santa María Santa Cruz y Sergio Ossa Pretot. Ellos le imprimieron desde sus inicios, en el ámbito de la ingeniería y la construcción, el sello de excelencia del cual SK se siente tan orgullosa. Más tarde, bajo el liderazgo de Ramón Aboitiz Musatadi, a quien recuerdo con especial cariño, transformamos una empresa de ingeniería exitosa en un grupo empresarial. No fué fácil, ya que para ello se necesitó ampliar las visiones, aunar culturas, aguzar la imaginación, entender sensibilidades distintas. Se trataba de un cambio de mentalidad y de responder a un desafío. Pasar de una gran empresa a un grupo empresarial, exige estudiar nuevos mercados, detectar nuevas oportunidades, aquilatar riesgos, desarrollar otros talentos y formar equipos de trabajo, en ámbitos distintos a los habituales, y muy especialmente confiar en ellos, delegándoles responsabilidad.

Cuando se revisa este proceso y se mira hacia atrás, los años que nos costó llevarlo a cabo, al contemplar lo que es hoy, el Grupo Sigdo Koppers y del gran equipo humano que hay detrás de él, no se puede dejar de sentir un légitimo orgullo. Este es, sin duda, para los que participamos en su formación, el proyecto más importante que hemos podido desarrollar. Durante el año 2010 SK dió trabajo, en forma directa, a mas de 20 mil personas. El grupo se encuentra presente en Chile, Perú, Colombia, Brasil y Argentina, en distintos rubros, como lo son el comercio, los servicios y la industria, focalizados principalmente en la prestación de servicios a la minería e industria en general.

Al hacer este homenaje, a quiénes debemos lo que hemos llegado ser y hacer, puedo decir con fundamento que no es tan distinto construir un colegio, levantar un templo, crear una empresa o dar forma a un grupo empresarial. En todos estos casos se ha creado desde la nada, se ha trabajado con tenacidad y, como decía, se han tenido sueños y desvelos para alcanzar su logro.

Este foro, es especialmente apropiado para poner de relieve la figura del empresario y hacer una reflexión sobre nuestro rol y el aporte que debemos a la sociedad. La historia no ha sido fácil. El despegue de la actividad ha tenido muchas cortapisas. Cabe recordar que el Estado era el empresario más importante y quienes querían crear, debían girar siempre en torno a éste. De sus políticas y regulaciones dependía el éxito o el fracaso de la actividad. Piensen por un momento cuán importante era, hace cuarenta años, la fijación de los precios. Una decisión, burocrática errónea, podía significar el fin de un proyecto. En esas condiciones se pasaba a ser un deudor de la autoridad, más que un verdadero emprendedor. Cuántas grandes ideas y proyectos no pudieron realizarse, por su falta de comprensión. En el mundo de ahora, en una sociedad libre, competitiva y abierta y que escucha a la ciudadanía, tenemos más oportunidades y exigentes desafíos. Valoramos este entorno y tenemos las herramientas para salir adelante. Creemos que los éxitos individuales de cada uno de nosotros, no son tales, sino que son de la sociedad toda, que ha rescatado la libertad de los mercados y la libre competencia como motor del progreso.

En forma paralela a nuestro despegar, durante muchos años, se intentó hacer una caricatura del empresario como un ser ávido de riqueza personal y explotador del trabajo ajeno. Se ha creado una mala imagen y de hecho, hay sectores que nos miran con recelo .Tiendo a pensar que, en un primer momento, al independizarnos del Estado se nos vio como una competencia a la iniciativa gubernamental. Ello genera rechazo entre quiénes estiman o estimaban que el Estado debe ser el gran empleador. De ahí una parte del descrédito. Otra parte, se debe a conductas equivocadas nuestras. Hoy día, poco a poco, esa visión ha ido quedando atrás. Es nuestra responsabilidad cuidar el prestigio de la actividad empresarial. Debemos ser ejemplares en el cumplimiento de la ley. Esta actividad exige reglas claras por parte de la autoridad, pero también, de nuestra parte, el pleno respeto de las mismas.

Pero tenemos que ir mucho más allá de ello. No podemos quedarnos sólo, con maximizar el beneficio económico y el retorno del capital o en el cumplimiento de la ley. Esta no es nuestra única misión. Desde luego, estos roles exigen ética y sostenibilidad. Tenemos que demostrar, promover y liderar un comportamiento ético en nuestra sociedad y ser pro-activos en nuestro aporte social. Estas, también, son obligaciones nuestras, aunque de otro carácter. Pensando en ellas quiero destacar tres puntos y su corolario. Me voy a permitir referirme a nuestra responsabilidad social, a nuestro compromiso gremial y a la confianza, que de ello se deriva.

-) El empresario, nunca debe olvidar que tiene un compromiso con su país y que este es más fuerte, mientras mayor sea el éxito que se obtenga. Su legado no sólo es la empresa o su grupo empresarial. También lo constituyen las actividades de bien público a las que la gran mayoría nos entregamos con el mismo tesón con que nos avocamos a nuestros propios negocios. El que tiene más debe dar más, pero no sólo pagando más impuestos. En este contexto, SK está construyendo un Centro de Formación Técnica en Talcahuano, que permitirá que 1.200 niños al año puedan capacitarse con los más altos estándares de calidad. Nuestro objetivo es que los egresados de este Centro puedan incorporarse a la sociedad con la formación y el conocimiento necesarios para desplegar todo su potencial. La educación es la aspiración más sentida de las familias vulnerables porque les permite a sus hijos romper el círculo de la pobreza. Es nuestro deber, entonces, y así lo hemos entendido, participar activamente en el otorgamiento de una educación de excelencia para nuestros jóvenes. Esta fue nuestra opción. Nos seduce la formación técnica y sabemos que en esa área el país experimenta niveles críticos de carencia. Cada uno de nosotros, debiera identificar en qué campo puede hacer una contribución social, donde su conocimiento y su experiencia agregue valor. Así como impulsamos el crecimiento de la economía, tenemos una gran responsabilidad en la superación de la pobreza y de la desigualdad; tenemos que cuidar e impulsar el desarrollo social.

-) También, nuestra participación en las asociaciones gremiales es de mucha importancia. Estas organizaciones sirven para canalizar las inquietudes de todos nosotros; a través de ellas podemos dar a conocer a la opinión pública nuestros puntos de vista y compartir nuestras inquietudes y visiones de la sociedad. También son un sitio privilegiado para encauzar iniciativas de bien público y de contenido social. He tenido el privilegio de participar en la Cámara Chilena de la Construcción y en la Sociedad de Fomento Fabril y, a través de ambas, estrechar relaciones internacionales con organizaciones afines, facilitando el intercambio comercial de nuestro pais con otros, bajo la perspectiva de mutua conveniencia. En el seno de la Cámara Chilena de la Construcción tuve la oportunidad de participar en la discusión y posterior creación del régimen de pensiones, actualmente vigente, que significó para este Gremio el origen de la AFP Hábitat. También me correspondió presidir la Comisión de Infraestructura, la cual hizo un catastro del déficit que el país tenia en esta materia y se las ingenió para encontrar la forma de financiarlo. Esta semilla que germinó, y hoy de le conoce como la Ley de Concesiones, instrumento que ha sido fundamental para el desarrollo de la infraestructura del país. Además, con mucha satisfacción puedo decir, también, que por diez años se me ha confiado la presidencia de la Caja Los Andes, la cual, recientemente, acordó destinar, a partir del próximo ejercicio del 2012, el 65% de sus excedentes como beneficios para sus afiliados, incluyendo un bono de jubilación, medida que los transforma en verdaderos accionistas de la citada entidad. Destaco estos ejemplos, porque estoy convencido de que todos nosotros debemos estar disponibles para participar en las organizaciones gremiales. No es bueno que nos agotemos en nuestras propias empresas. Tenemos también el deber de intervenir con mucha fuerza en la vida nacional con ideas, que promuevan el desarrollo y bienestar de todos los chilenos.

-) Es nuestro deber, también, crear las condiciones para que la sociedad entera valore la realización de los proyectos que Chile necesita. El país necesita fortalecer las confianzas mutuas. Es mucho lo que nosotros podemos hacer por este objetivo. Para ello tenemos que sintonizar con las sensibilidades de la gente, comprender sus temores y facilitar la información adecuada. Sólo así podremos dar la mejor solución a los problemas del país. Es el caso, por ejemplo, del déficit de energía, crucial para el desarrollo de Chile en las próximas décadas. En conjunto, teniéndonos confianza, podremos participar y enfrentar los grandes proyectos que el país requiere para mejorar la calidad de vida de todos sus ciudadanos.

*) He destacado estos puntos porque siento que tenemos una gran responsabilidad con los jóvenes y con quiénes recién emprenden una actividad. Los sondeos de opinión permiten apreciar que, especialmente ellos, valoran la iniciativa empresarial. Cada vez son más las personas que trabajan en el sector privado, con buenas remuneraciones y en un ambiente de armonía en que capital y trabajo confluyen juntos en la creación de la riqueza. Pocas cosas pueden ser más importantes , que favorecer el que Chile, sea un país de emprendedores. Es responsabilidad de nosotros y del Estado poner los esfuerzos necesarios para que ellos no se frustren, sientan apoyo, tengan inspiración.

Quiero cerrar estas palabras, agradeciendo una vez más el premio con que me han distinguido. Les agradezco también, muy especialmente, por haberme dado la oportunidad de dirigirme a Uds. para compartir reflexiones sobre temas que son de importancia, no sólo para nosotros, sino para la sociedad en general.

Finalmente, permítanme una licencia, agradecer a mis socios y trabajadores con quienes he compartido estos años, A mi familia, mis hermanos, cuñados por todo el apoyo que siempre he sentido de ellos, a mis nietos por su inmenso cariño, a mis hijos, nueras y yernos por su permanente soporte y a, la Carmen, por todo lo que me ha dado. A todos ellos, les pido miles de perdones por mis faltas y ausencias. Sin ellos no estaría esta tarde junto a Uds. Soy un convencido que, para cualquier individuo, la familia es la mejor inversión, su tasa de retorno es infinita. Estoy seguro que con el apoyo de ellas, que en definitiva son las mejores empresas, el pais llegará, mucho antes de lo esperado, a su pleno desarrollo.

Muchas Gracias.