La irrupción de vehículos autónomos ha generado que los países deban trabajar en cómo regular estas tecnologías para permitir su adecuada circulación. Por ejemplo, en agosto pasado Alemania fue el primer país en aprobar un marco legal para la fabricación y uso de estos autos, estableciendo —entre otras cosas— que siembre debe haber un conductor sentado frente al volante, preparado para tomar el control si se lo pide el vehículo autodirigido. Es así, como ante la inminente llegada de este tipo de tecnologías, cabe preguntarse cuáles son los principales desafíos que debe enfrentar Chile en materia de regulación.

En conversación con ICARE, Diego Morandé, abogado asociado del área de Litigios y Arbitrajes de Alessandri, sostiene que «los problemas a los que se han visto expuestos los países en que estos vehículos circulan son una realidad, precisamente por la falta de regulación existente, tal como ha ocurrido con otras tecnologías y modelos de negocios que en base a éstas han emergido, como el caso de Uber, Airbnb, Amazon y otros». 

«Las normas de tránsito y demás regulaciones deberían tener un carácter aún más universal que las existentes, para que los vehículos no deban ser configurados de manera diferente para cada país en el que vayan a operar» — Diego Morandé, abogado asociado del área de Litigios y Arbitrajes de Alessandri

En esa línea, el abogado con LL.M en derecho y tecnología de la UC Berkeley afirma que «los desafíos que están enfrentando países, consisten en que la manera en que estos vehículos deben ser regulados es completamente diferente a como se regulaban los vehículos operados por humanos». 

En concreto, «las normativas vigentes separan los requisitos de seguridad en la fabricación de los vehículos, de aquellas normas que regulan su operación (leyes de tránsito, por ejemplo). En cambio, esta nueva tecnología tiende a unificar estas dos regulaciones, ya que la forma en que éstos automóviles autónomos sean fabricados, determinará la manera en que ellos operarán en terreno», explica Morandé.

Normas de carácter universal

Para el abogado socio de Alessandri, las normas de tránsito y demás regulaciones específicamente creadas para determinar su comportamiento, «deberían tener un carácter aún más universal que las existentes actualmente, para que los vehículos no deban ser configurados de manera diferente para cada país en el que vayan a operar».

Asimismo, Morandé sostiene que estas normas «deberán ser conocidas al momento de fabricación de los vehículos, deberán ser lo suficientemente flexibles para poder ir perfeccionándose rápidamente a medida que la tecnología se vaya consolidando y la casuística de su uso práctico nos vaya dando nueva información respecto a sus mejores prácticas». 

«Los autos telecomandados debieran estar permitidos sólo en lugares en que la infraestructura lo permita, ya que en Chile hay zonas en que las carreteras no son de alta calidad y la señal de los GPS no es buena» — abogada María José Arancibia.

Del mismo modo, «los automóviles deberán ser flexibles en cuanto a su programación, para ir adaptándose a esa misma experiencia, disminuyendo así los riesgos de su operación», agrega el abogado.

Los desafíos en Chile

Por otro lado, la abogada María José Arancibia —especialista en materias de propiedad intelectual y tecnologías— sostiene a ICARE que en el corto plazo ve compleja la llegada de estos automóviles a Chile, «porque no en todos los países estos vehículos han tenido una buena recepción y se ha visto que han tenido errores».

Arancibia plantea que además de adecuar las leyes del tránsito,»tendrá que haber una reformulación en cuanto a materia de seguros, resolver por ejemplo quién va a ser el responsable en caso de accidentes».

En tanto, la abogada integrante del consejo de ética del Colegio de Abogados advierte que como estos vehículos son comandados externamente, «son susceptible a hackeo. Esto implica otra modificación en cuanto a la normativa que regula la intromisión o hackeos a este tipo de plataformas, porque si yo logro entrar al cerebro del auto lo voy a comandar a donde yo quiera. Por ejemplo, puedo secuestrar a una persona o puedo hacer que choque».

Por otro lado, María José Arancibia expresa que los autos telecomandados «debieran estar permitidos sólo en lugares que la infraestructura lo permita, ya que Chile es un país muy largo que no está bien conectado. Hay zonas que las carreteras no son de alta calidad, la señal de los GPS no es buena y por lo tanto eso dificulta que los automóviles pudiesen tomar la ruta correcta», afirma Arancibia.

Finalmente, Arancibia asegura que para quienes utilicen estos vehículos debieran existir las mismas normas, criterios y resguardo que con los vehículos con conductor. Por ejemplo, que sean mayores de edad y que cuenten con licencia de conducir.