Un importante cambio en las preferencias laborales está afectado el nivel de productividad, del PIB y de las finanzas públicas en Gran Bretaña, asegura una investigación realizada por el Center Economics and Business Research (CEBR) de Londres. Esto ya que, «las personas están asumiendo cada vez más trabajos que ofrecen menos remuneraciones, pero que ofrecen un estilo de vida más atractivo o más oportunidades para ayudar a los demás, que los que sus predecesores podrían haber aceptado», explica Douglas McWilliams, vicepresidente ejecutivo del CEBR.

Según el Center Economics and Business Research «el débil crecimiento de la productividad ha sido una característica de la economía del Reino Unido desde la crisis financiera de 2007-2008. Desde entonces, la productividad apenas ha crecido y está aproximadamente un 20% por debajo de su nivel de tendencia».

En esa línea, McWilliams plantea que este cambio en las preferencias laborales ha reducido el crecimiento del PIB desde el 2008 en un monto que suma hasta 4% del PIB o £80 mil millones este año (en pesos chilenos sería una cifra así: $66.258.562.204.497). Esto podría explicar un cuarto del déficit de productividad medido».

«Lifestyle economy» es el concepto que acuñaron en este estudio y que describe «aquella parte de la economía donde la elección del trabajo es parcial o totalmente impulsada por el deseo del trabajador de disfrutar más que de remunerarse»

«El déficit en las finanzas públicas debido a este crecimiento reducido es una de las principales razones del persistente déficit del sector público. Sin él, el déficit de £46 mil millones el año pasado hubiera sido de sólo £10 mil millones», agrega el economista británico.

Nuevo término: «Economía del estilo de vida»

El vicepresidente ejecutivo del CEBR llama a este cambio en las preferencias del trabajo la «economía del estilo de vida» (lifestyle economy), y lo define como «aquella parte de la economía donde la elección del trabajo es parcial o totalmente impulsada por el deseo del trabajador de disfrutar más que de remunerarse».

Si bien, Douglas McWilliams asegura que esto «no es un fenómeno nuevo, ya que muchos tipos de trabajo tradicional han estado relacionados con el estilo de vida, lo nuevo es el alcance de este fenómeno».

«Si la economía del estilo de vida continúa creciendo, o los impuestos tendrán que aumentar o el crecimiento en el gasto público tendrá que restringirse aún más» — Douglas McWilliams, vicepresidente del Center Economics and Business Research

Asimismo, sostiene que esto ha estado «impulsado en parte por la difusión de la educación y en parte por la repulsión hacia los excesos de la economía de servicios financieros de la década de 1980. Tanto jóvenes como viejos están recurriendo a trabajos de estilo de vida en una escala que parece sin precedentes (aunque, por supuesto, no hay suficientes datos históricos para probar esto)».

PIB podría caer 0,4% por año

Para el investigador del CEBR «si la economía del estilo de vida continúa creciendo, entonces el crecimiento de la productividad continuará frenado. Esto, a su vez, afectará el ritmo al que se puede reducir el déficit sin aumentos de impuestos o recortes en el crecimiento del gasto público».

En esa línea, la investigación afirma que «si la tendencia en los últimos nueve años continúa al mismo ritmo, el crecimiento del PIB podría reducirse en casi 0,4% por año, mientras que el déficit (sin cambios de impuestos o gastos) sería £45 mil millones mayor que de lo que de otra manera sería dentro de 10 años».

Por otro lado, McWilliams aclara que «este cambio en las actitudes hacia el trabajo es esencialmente benigno. Es mucho mejor para las personas hacer lo que quieren hacer, si hay oportunidades disponibles, que hacer trabajos que no les gusten, incluso si esos trabajos hubieran sido mejor remunerados».

Sin embargo, «hay implicaciones para las finanzas públicas, porque los ingresos y las ganancias están sujetos a impuestos, mientras que el estilo de vida y el cuidado no pueden serlo. Si la economía del estilo de vida continúa creciendo, o los impuestos tendrán que aumentar o el crecimiento en el gasto público tendrá que restringirse aún más», finaliza el investigador del Center Economics and Business Research (CEBR).

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