La estrategia digital —en su mayoría— no están reflejando cómo cambian los fundamentos económicos, las dinámicas de la industria o lo que significa competir, dice este estudio de McKinsey&Company.

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Muchos piensan que teniendo un par de iniciativas digitales ya constituye una estrategia digital, pero no es así. En el futuro, la estrategia digital debe ser muy diferente de la que tienen hoy, o no van a lograrlo.

McKinsey&Company descubrió que un número sorprendentemente alto subestima el creciente impulso de la digitalización, los cambios de comportamiento y la tecnología que los impulsa y, probablemente más que todo, la escala de la disrupción que se cierne sobre ellos.

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Muchas compañías siguen atrapadas en procesos de desarrollo de estrategias que se desarrollan en ciclos anuales. Sólo un 8% de las compañías entrevistadas por McKinsey recientemente dicen que su actual modelo de negocio seguiría siendo viable si su industria se mantuviera digitalizando a su actual velocidad.

¿Por qué falla la estrategia digital? 5 dificultades que enfrentan las empresas

  1. Definiciones difusas: al hablar con los líderes sobre lo que ellos entienden por digital, algunos dicen verlo como un término actualizado de la función que hoy realiza su departamento de TI. Otros se enfocan en el marketing digital o las ventas. Pero son muy pocos los que tienen una visión amplia de lo que lo digital realmente significa. No tener una definición clara de lo digital hace que las compañías luchen para conectar sus estrategias digitales a sus negocios, dejándolas a la deriva en las aguas turbulentas de la adopción digital y el cambio.
  2. Malentendidos de la economía digital: muchos han aprendido una serie de principios económicos básicos hace algunos años, y han visto el poder de su aplicación de manera temprana y seguida en sus carreras. Esta intuición construida en el tiempo, y que a menudo choca con las nuevas realidades económicas de la competencia digital, considera tres temas: lo digital está destruyendo el alquiler económico, lo digital está impulsando la economía del ganador se lleva todo, y lo digital recompensa a los que se mueven primero y a algunos que los siguen con rapidez.
  3. Pasar por alto los ecosistemas: entender las nuevas reglas de la economía te hará ir al frente. Lo digital significa que las estrategias desarrolladas únicamente en el contexto de la industria de una compañía probablemente se enfrentarán a grandes desafíos. Los enfoques tradicionales, como seguir de cerca los movimientos de los rivales y usar ese conocimiento para ajustar la dirección general u optimizar las cadenas de valor, son cada vez más peligrosos.
  4. Sobreindexación de los «sospechosos habituales»: la mayoría de las compañías se preocupan de las amenazas que plantean los nativos digitales, cuyos movimientos concentran la mayoría de la atención. Sin embargo, un foco excesivo en los sospechosos habituales es peligroso porque los habituales también se están digitalizando y sacudiendo dinámicas competitivas.
  5. Se está perdiendo la dualidad de lo digital: la respuesta más común a las amenazas de lo digital es la siguiente: «si voy a ser disruptivo, necesito crear algo completamente nuevo». Comprensiblemente, eso se convierte en el ímpetu de conducción de la estrategia. Sin embargo para la mayoría de las compañías el ritmo de la disrupción es desigual, y no pueden simplemente alejarse de los negocios existentes. Necesitan digitalizar sus negocios actuales e innovar en nuevos modelos.

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